Hace poco conseguimos financiación para un cliente. Se trata de una Pyme que factura algo más de 5 millones, opera en un sector estable y es rentable (aunque con un beneficio ajustado).
Cuando llegó a nosotros buscaba financiación para poner en marcha un plan de expansión que le permitirá, a medio plazo, prácticamente duplicar su facturación.
¿Su problema?
Ya tenía un apalancamiento importante (aunque no excesivo) y el total de la inversión a realizar (maquinaria, instalaciones, circulante, etc.) era demasiado riesgo para las entidades con las que la empresa ya había hablado.
A todas les interesaba la empresa pero no la operación.
¿Por qué?
Sencillo. La operación estaba mal planteada.
No seguía una estrategia definida ni tenía en cuenta todas las opciones de la empresa. Simplemente se limitaba a sumar todos los gastos esperados y solicitar un préstamo por ese importe.
Y la financiación para empresas no funciona así.
¿Qué hicimos nosotros?
Estudiamos la operación como un todo y después la dividimos en función del destino de los fondos.
De este modo, en vez de una gran operación que "inquietaba" a las entidades, planteamos media docena de operaciones máás contenidas y a medida: un renting para maquinaria, dos préstamos para otras inversiones, varias líneas de circulante...
Al final, conseguimos el objetivo total y, gracias a buscar la línea y entidad óptimas para cada partida de gasto, en unas muy buenas condiciones.
Por supuesto, es fácil entender que nuestro cliente, antes de contratarnos, buscase un enfoque más directo. Nuestra forma de operar requiere más trabajo, más personal dedicado y buenos contactos con entidades; algo de que la mayoría de empresas no dispone.
Si quieres que te ayudemos a crear y poner en práctica una estrategia de financiación a medida...
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