Todo parece indicar que la recuperación económica tras la pandemia (asumiendo que no tengamos el famoso rebrote en otoño) no será una rá V como nos decían al principio, sino que será una V asimétrica, como mínimo, o incluso una larga y destructiva L.
El BCE ha publicado unas proyecciones que auguran que el empleo no se recuperará hasta 2023 y que Europa sufrirá una caída del PIB de entre el 5,9 y el 12%. Para ponerlo en perspectiva, en 2009 (lo peor de la crisis de 2008) la caída del PIB de la eurozona fue del 4,4%.
Es decir, estamos ante una posible crisis económica muy importante y con consecuencias directas para empresas y autónomos.
No quiero ser catastrofista pero hay que estar preparados para lo peor. Y eso implica preparar la estructura de circulante de tu empresa para sobrevivir.
Ya lo hemos dicho más de una vez: por la caja muere la empresa.
Las pérdidas se superan pero si una empresa no tiene liquidez, es incapaz de hacer frente a sus pagos a proveedores, a los impuestos o a las nóminas de sus trabajadores... Eso sí puede significar su fin.
La que viene va a ser una crisis dura... anticípate y refuerza tu estructura de circulante antes de que sea demasiado tarde.
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